Heterocronías. Tiempo, arte y arqueologías del presente
Compilador: Miguel Á. Hernández-Navarro
Textos de: Andreas Huyssen, Mary Anne Doane, Gary Shapiro, Pamela Lee, José Luis Villacañas, José Luis Molinuevo, Nicolas Bourriaud, Manuel Cruz y Peter Osborne.
Murcia, Cendeac, 2008
255 págs.
Este libro surge al mismo tiempo que la exposición Estratos, proyecto comisariado por Nicolas Bourriaud en la ciudad de Murcia Sin embargo, lo que sigue no es un catálogo, sino más bien un libro de “acompañamiento”. Los textos que se recogen aquí presentan, esbozan o caminan hacia esos problemas que, de un modo u otro, tratan los artistas de Estratos. Aunque la selección es “heterodoxa”, la cuestión de la heterocronía, la necesidad de superar modelos temporales obsoletos, las arqueologías del presente... son cuestiones que, de un modo u otro, están presentes en todos los textos, aunque quizá el tema central sea el de la memoria.. Manuel Cruz, Mary Ann Doane, Andreas Huyssen o José Luis Villacañas transitan por el territorio de la memoria desde puntos de vista diferentes, pero en todos ellos está que la memoria no es algo muerto y anclado en el pasado, sino que tiene una vida en el presente, que lo configura y modifica, que no hay cesuras entre los tiempos históricos, sino interpenetración, y que todo intento de delimitar los tiempos es, como ya intuyó Bergson, una pura artificialidad.
Otros textos, como los de José Luis Molinuevo, dan cuenta de los últimos cambios producidos en el régimen hegemónico occidental: el surgimiento del tiempo único, el tiempo cero y la emergencia de lo que Virilio llamó la dromología. Un tiempo único que elimina la espera y el aburrimiento, cuestiones que, como observa Peter Osoborne, son esenciales en la definición del arte como modelo de resistencia y toma de conciencia de esos tiempos constituyentes de la subjetividad pero abolidos por la experiencia moderna. El arte se erige así como un el lugar de la heterocronía, del tiempo-otro, el lugar donde habita aquello que ya no cabe en los esquemas temporales de occidente. Otras lógicas, otros modelos, otras temporalidades que, como exponen Pamela Lee o Gary Shapiro, comienzan a estar presentes desde los años sesenta, gracias especialmente a las aportaciones de Robert Smithson y su batalla contra la linealidad del tiempo.
Frente a la idea de una evolución lineal e histórica, según la cual tanto los medios como los contenidos de las artes tienen un devenir continuo y teleológico, cada vez más es necesario volver la mirada hacia otros modos de pensar la historia y las prácticas artísticas. Si se ha dicho que la postmodernidad fue el lugar de la hibridación de las artes, quizá sea ahora el momento de pensar en la hibridación de temporalidades. Frente al tiempo único de la globalización, hoy resulta necesario pensar sobre los tiempos dispersos de la heterocronía: las rupturas del tiempo dominante y la emergencia de temporalidades de resistencia. En el primer texto de esta selección, Nicolas Bourriaud se pregunta “¿Se puede imaginar una geografía que tuviera en cuenta el tiempo, es decir, las redes específicas gracias a las cuales nos desplazamos de un lugar a otro?”. Quizá habría que responder que esa geografía del tiempo la proponen hoy los artistas, atendiendo a otras realidades que ya no son las del tiempo cartográfico occidental, sino de las del conflicto topológico de la heterocronía: tiempo múltiple, espacio móvil, experiencia... en construcción.